Hoy quiero amarte, amor, de tal manera,
que el eco de tu voz diga mi nombre,
con fe ferviente, con pasión tan ciega,
que creas que este mundo va a acabarse.
Hoy quiero sujetarte entre mis brazos,
y en mis brazos, llenarte de mis besos,
disfrutando de tu blanca desnudez,
que se yergue palpitante, ante mis ojos.
¿Acaso este deseo incontenible,
no va a encontrar la paz que tanto ansía?
Es mala la ansiedad en esta forma.
Al grado de que solamente pienso,
que el mundo va a acabarse en este instante,
si pronto no te tengo entre mis brazos.
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